miércoles, 29 de octubre de 2025

LA BOLSA Y EL CICLO DE LAS EMOCIONES

Ayer 28 de octubre de 2025, la bolsa española, el IBEX 35 en concreto, batió su propio máximo histórico. Han tenido que pasar 18 años para que la bolsa llegue al valor que tenía entonces, en el año 2007.

Ante esta situación, que invita a la euforia, los pequeños inversores deberíamos de pararnos un poco y reflexionar.

A menudo se habla del ciclo económico, de la evolución cíclica de la economía en general y de las economías en particular.

Es muy interesante saber que existen los ciclos económicos y que tienden a repetirse a lo largo del tiempo, pero hay que saber que cada ciclo tiene su propia dinámica y que nunca se repiten de la misma forma o manera.

A lo largo de la evolución de un ciclo económico, en lo que si podemos apreciar una cierta constancia es en la secuencia de las emociones. Las emociones que se producen en los inversores, en los agentes sociales, en los empresarios, en los políticos, en los trabajadores y en los ciudadanos en general.

Estamos convencidos de que cuando tomamos decisiones a lo largo de nuestra vida lo hacemos de forma concienzuda y sopesada, pero nuestras decisiones se llevan a cabo muy condicionadas por nuestras emociones, impulsos emocionales, más que como consecuencia de análisis razonados.

A efectos prácticos podemos considerar que todo ciclo económico empieza y termina con una serie de hechos que se asocian con la EUFORIA: las bolsas cotizan en máximos, los precios de los bienes de consumo en máximos, la inversión empresarial en auge, máximo nivel de ocupación, confianza en el futuro, sobreendeudamiento de empresarios y consumidores. Es el momento ideal para vender.

Avanza el ciclo y aparece la INQUIETUD, se empieza a poner en duda que la actual situación de bonanza vaya a permanecer para siempre. Las bolsas se mantienen, pero con altibajos. Todavía es tiempo de vender las acciones y recoger beneficios.

Un poco más adelante se empieza a sentir la DESCONFIANZA, algunos miran hacia el futuro y no lo ven tan claro. Las bolsas se retraen un poco más, las compras se frenan, se producen más despidos, pero en apariencia nada ha cambiado, y todavía no cunde la alarma.

Y sin saber cómo llega el NERVIOSISMO, invade el ciclo económico y todos se miran de reojo, en las bolsas aumenta la frecuencia de los altibajos, caen las primeras empresas, el gobierno y los agentes sociales quitan importancia a las primeras muestras de empeoramiento de la economía, los bancos empiezan a dosificar los créditos. Es una de las últimas oportunidades de vender las acciones ganando un poco o sin perder mucho.

Con la llegada del MIEDO, muchos inversores piensan que se han dormido y se lanzan a vender sus acciones a precios más bajos, y mucho más bajos a medida que crece el miedo.

Después del miedo sobreviene el PÁNICO, se amontonan las órdenes de venta de acciones, a cualquier precio, y los precios de las acciones caen, y no paran de caer. Los gobiernos reconocen y anuncian la crisis. Disminuye la actividad empresarial, sigue aumentando el paro. Es el momento de observar con atención los mercados de valores y prepararse para comprar.

Y tras el pánico la DEPRESIÓN. Los pequeños inversores se sienten deprimidos, abatidos por las perdidas, hundidos por no haber sabido reaccionar a tiempo, impotentes ante la situación económica que se les ha venido encima, pero ya no hay pánico, ya no queda nada que perder, o lo que queda es tan poco que no produce ningún temor. En las bolsas las órdenes de venta y compra se han reducido al mínimo, la cantidad de dinero y de acciones que se negocian cada día se encuentra en mínimos y la bolsa apenas se mueve en ningún sentido. Las pérdidas han sido muy abultadas.

Sigue el ciclo con la RESIGNACIÓN, los inversores y la sociedad siguen abatidos, pero aceptan la situación, no hay más remedio que asumir los hechos, mirar hacia delante y esperar, esperar a que todo pase y vuelvan mejores tiempos

Cuando el ciclo llega a la ESPERANZA, la mayoría comienzan a intuir la luz al final del túnel, algunos incluso la perciben, las muestras de recuperación todavía son pobres, pero se pueden percibir señales que refuerzan la sensación de que las cosas irán a mejor.

Con la CONFIANZA se empieza a percibir una cierta animación empresarial, los políticos hablan de recuperación inminente, las bolsas se animan, el paro sigue instalado pero su crecimiento está contenido.

Y llega la ALEGRIA. Algunos inversores ven que sus acciones valen más dinero del que pagaron por ellas, se anima la contratación, disminuye el paro, los bancos suavizan las condiciones para dar créditos, los empresarios sienten que el presente es propicio para la inversión y miran hacia el futuro con ilusión. Los consumidores han perdido el miedo a comprar, los políticos respiran aliviados, la crisis comienza a sentirse como algo del pasado. Por lo que se refiere a la bolsa es la hora de empezar a fijarse en las oportunidades de venta y no cegarse en las compras.

Vuelve de nuevo la EUFORIA y con ella se cierra el viejo ciclo y se abre uno nuevo. Las bolsas cotizan en máximos, los precios de los bienes de consumo también en máximos, la inversión empresarial en auge, máximo nivel de ocupación, confianza plena en el futuro. Es el mejor momento para vender.

Las indicaciones de compra para acciones calidad a buenos precios, serán más favorables cuando estas se den en momentos del ciclo económico que podamos identificar emocionalmente con el PÁNICO, la DEPRESIÓN, la RESIGNACIÓN o la ESPERANZA (especialmente con la DEPRESIÓN y la RESIGNACION). En estos momentos de pesimismo e incertidumbre los inversores son más reacios a invertir, y se ofrecen los precios más bajos y las mejores oportunidades de compra.

Por lo que se refiere a las ventas, los momentos más propicios para valores calidad que coticen a precios altos son los que identificamos en el ciclo económico con emociones como la ALEGRIA o la EUFORIA. Los precios se habrán situado en máximos o muy próximos. Paradójicamente es cundo más gente estará animada a comprar influenciada por la buena marcha de la economía, cuando menos oportunidades reales de inversión se nos presentan, aunque se tenga la sensación generalizada de que todo son oportunidades.

Con la bolsa en estado de EUFORIA, miles de millones de pequeños inversores se estrenarán en bolsa, compraran todo tipo de acciones a precios altos o muy altos y en su mayoría acabaran perdiendo sus ahorros invertidos en acciones de bolsa, fondos de renta variable u otros productos financieros, en un momento que no es propicio para acercarse a la bolsa.

El hecho de saber que el ciclo económico evoluciona siempre a la par que el ciclo de las emociones, puede ser útil para hacernos una idea de la situación que nos permita ver más allá del instante o momento actual, saber de dónde venimos y hacia dónde vamos en cuanto a emociones se refiere, para afrontar la dinámica de inversión en bolsa con mínimas garantías de éxito a largo plazo.


Bolsavida 

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