LA BOLSA Y EL CICLO DE LAS EMOCIONES
Ayer 28 de
octubre de 2025, la bolsa española, el IBEX 35 en concreto, batió su propio máximo
histórico. Han tenido que pasar 18 años para que la bolsa llegue al valor que
tenía entonces, en el año 2007.
Ante esta
situación, que invita a la euforia, los pequeños inversores deberíamos de
pararnos un poco y reflexionar.
A menudo se
habla del ciclo económico, de la evolución cíclica de la economía en general y
de las economías en particular.
Es muy
interesante saber que existen los ciclos económicos y que tienden a repetirse a
lo largo del tiempo, pero hay que saber que cada ciclo tiene su propia dinámica
y que nunca se repiten de la misma forma o manera.
A lo largo de
la evolución de un ciclo económico, en lo que si podemos apreciar una cierta
constancia es en la secuencia de las emociones. Las emociones que se producen
en los inversores, en los agentes sociales, en los empresarios, en los
políticos, en los trabajadores y en los ciudadanos en general.
Estamos
convencidos de que cuando tomamos decisiones a lo largo de nuestra vida lo
hacemos de forma concienzuda y sopesada, pero nuestras decisiones se llevan a
cabo muy condicionadas por nuestras emociones, impulsos emocionales, más que
como consecuencia de análisis razonados.
A
efectos prácticos podemos considerar que todo ciclo económico empieza y termina
con una serie de hechos que se asocian con la EUFORIA: las bolsas cotizan en
máximos, los precios de los bienes de consumo en máximos, la inversión
empresarial en auge, máximo nivel de ocupación, confianza en el futuro,
sobreendeudamiento de empresarios y consumidores. Es el momento ideal para
vender.
Avanza
el ciclo y aparece la INQUIETUD, se empieza a poner en duda que la actual
situación de bonanza vaya a permanecer para siempre. Las bolsas se mantienen,
pero con altibajos. Todavía es tiempo de vender las acciones y recoger beneficios.
Un
poco más adelante se empieza a sentir
Y sin saber cómo
llega el NERVIOSISMO, invade el ciclo económico y todos se miran de reojo, en
las bolsas aumenta la frecuencia de los altibajos, caen las primeras empresas,
el gobierno y los agentes sociales quitan importancia a las primeras muestras
de empeoramiento de la economía, los bancos empiezan a dosificar los créditos.
Es una de las últimas oportunidades de vender las acciones ganando un poco o
sin perder mucho.
Con la llegada
del MIEDO, muchos inversores piensan que se han dormido y se lanzan a vender
sus acciones a precios más bajos, y mucho más bajos a medida que crece el
miedo.
Después del
miedo sobreviene el PÁNICO, se
amontonan las órdenes de venta de acciones, a cualquier precio, y los precios
de las acciones caen, y no paran de caer. Los gobiernos reconocen y anuncian la
crisis. Disminuye la actividad empresarial, sigue aumentando el paro. Es el momento de observar con atención
los mercados de valores y prepararse para comprar.
Y tras el pánico
la DEPRESIÓN. Los pequeños inversores se sienten deprimidos, abatidos por las
perdidas, hundidos por no haber sabido reaccionar a tiempo, impotentes ante la
situación económica que se les ha venido encima, pero ya no hay pánico, ya no
queda nada que perder, o lo que queda es tan poco que no produce ningún temor.
En las bolsas las órdenes de venta y compra se han reducido al mínimo, la
cantidad de dinero y de acciones que se negocian cada día se encuentra en
mínimos y la bolsa apenas se mueve en ningún sentido. Las pérdidas han sido muy
abultadas.
Sigue el ciclo
con la RESIGNACIÓN, los inversores y la sociedad siguen abatidos, pero aceptan
la situación, no hay más remedio que asumir los hechos, mirar hacia delante y
esperar, esperar a que todo pase y vuelvan mejores tiempos
Cuando el
ciclo llega a la ESPERANZA, la
mayoría comienzan a intuir la luz al final del túnel, algunos incluso la
perciben, las muestras de recuperación todavía son pobres, pero se pueden
percibir señales que refuerzan la sensación de que las cosas irán a mejor.
Con la CONFIANZA
se empieza a percibir una cierta animación empresarial, los políticos hablan de
recuperación inminente, las bolsas se animan, el paro sigue instalado pero su
crecimiento está contenido.
Y llega
Vuelve de
nuevo la EUFORIA y con ella se cierra el viejo ciclo
y se abre uno nuevo. Las bolsas cotizan en máximos, los precios de los bienes
de consumo también en máximos, la inversión empresarial en auge, máximo nivel
de ocupación, confianza plena en el futuro. Es el mejor momento para vender.
Las
indicaciones de compra para acciones calidad a buenos precios, serán más
favorables cuando estas se den en momentos del ciclo económico que podamos
identificar emocionalmente con el PÁNICO, la DEPRESIÓN, la RESIGNACIÓN o la ESPERANZA
(especialmente con la DEPRESIÓN y la RESIGNACION). En estos momentos de
pesimismo e incertidumbre los inversores son más reacios a invertir, y se ofrecen
los precios más bajos y las mejores oportunidades de compra.
Por lo que se
refiere a las ventas, los momentos más propicios para valores calidad que
coticen a precios altos son los que identificamos en el ciclo económico con
emociones como la ALEGRIA o la EUFORIA. Los precios se habrán situado en
máximos o muy próximos. Paradójicamente es cundo más gente estará animada a
comprar influenciada por la buena marcha de la economía, cuando menos
oportunidades reales de inversión se nos presentan, aunque se tenga la
sensación generalizada de que todo son oportunidades.
Con la bolsa
en estado de EUFORIA, miles de millones de pequeños inversores se estrenarán en
bolsa, compraran todo tipo de acciones a precios altos o muy altos y en su mayoría
acabaran perdiendo sus ahorros invertidos en acciones de bolsa, fondos de renta
variable u otros productos financieros, en un momento que no es propicio para
acercarse a la bolsa.
El hecho de saber que el ciclo económico evoluciona siempre a la par que el ciclo de las emociones, puede ser útil para hacernos una idea de la situación que nos permita ver más allá del instante o momento actual, saber de dónde venimos y hacia dónde vamos en cuanto a emociones se refiere, para afrontar la dinámica de inversión en bolsa con mínimas garantías de éxito a largo plazo.
Bolsavida
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